Intenté dejar de fantasear con lamer el dulce coño de mi vecina, pero no pude. Después de regresar de la práctica de baloncesto, me colé en su dormitorio y comencé a lamer su dulce coño. Ella disfruta tanto que le lama el coño que se sienta en mi cara y lo monta como una puta. También la incliné y le lamí el coño.
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